La liberalización del mercado del gas
Tradicionalmente,
los gobiernos pensaban que el sector de la energía era un sector
estratégico y demasiado importante como para dejarlo en manos del
mercado. El mercado del gas natural era considerado como un monopolio
natural y generalmente era el Estado quién lo controlaba.
Como consecuencia de las crisis energéticas de los años setenta, el
sector pasó por reformas que tenían como objetivo la apertura del
mercado a la competencia para reducir los costes y conseguir eficacia en
el mercado.
Como iniciativa, la primera Directiva de la Unión
Europea puso fin a los mercados monopolísticos nacionales: Gas
Natural en España, Gaz de France en Francia, Rurhgas en Alemania, Grupo
Snam en Italia, Gasunie en Holanda, Distrigaz en Bélgica, Galp en
Portugal, OMV en Austria, etc. Pero a
pesar de esta prohibición no se podía combatir de forma completa esta
forma monopolistica dada la existencia de contratos a largo plazo entre
importadores y productores de gas, esto dificultaba la detención del
monopolio y como consecuencia el surgimiento de competencia en el
sector.
Actualmente, los contratos a largo plazo siguen siendo
ampliamente utilizados entre productores y comercializadores, el 80% de
las importaciones de la UE están sometidas a contratos a largo plazo. La
diferencia principal entre el momento actual de liberalización y la
situación anterior de monopolio en relación con estos contratos a largo
plazo es que mientras que el número de productores se mantiene, el
número de comercializadores ha multiplicado por diez.
Centrándonos en la
situación actual de España, a pesar de los cambios, la empresa Gas
Natural sigue teniendo una posición de dominio sobre el mercado, aunque
continuos cambios legislativos han ido facilitando la entrada de nuevos
competidores con cuotas por encima del 5% en producción/ importación.
Desde un punto de vista más global, a diferencia de lo que ocurre en el
mercado eléctrico, España es uno de los países que más ha avanzado en
la liberalización del gas natural, y que ha conseguido una mayor
competencia. La relativa posición favorable de España entre el resto de los países europeos es debida principalmente a las mejoras que se han producido
en la adquisición del gas natural. El reparto entre diferentes empresas,
mediante subasta competitiva, de un 25% del gas procedente de Argelia
hasta el 1 de enero de 2004 supuso un factor importante para darle
vida al sector. Por otra parte, el organismo regulador de los mercados
energéticos CNE destaca el hecho de que desde el 1 de enero de 2003
ninguna empresa puede importar gas natural para su consumo en España en
una cuantía superior al 70% del consumo nacional. Como consecuencia de todos
estos hechos, este sector poco a poco va pasando de lo que era una
situación monopolística a una competitiva.
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